jueves, 11 de enero de 2018

Voluntad de sentido

En 1942, Albert Camus publica “El mito de Sísifo”: “Juzgar si la vida vale o no vale la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”. Escribe en un mundo que asiste a la sangría de los totalitarismos. La lucha por la supervivencia parece ser la respuesta que, inmediatamente después de la guerra, en 1946 da Vicktor Frankl a esta pregunta en “El hombre en busca de sentido”: “No había tiempo para consideraciones morales o éticas, ni tampoco el deseo de hacerlas. Un solo pensamiento animaba a los prisioneros: mantenerse con vida”. Camus piensa que todo intento de sentido está condenado al fracaso. Precisamente, en esa clarividencia, la de la imposible esperanza está su victoria: “No hay destino que no se venza con el desprecio”. Frankl sobrevive al campo de exterminio y al preguntar el porqué, responde: la voluntad de sentido.

miércoles, 10 de enero de 2018

La pregunta

Queremos comprender nuestra frecuente incapacidad para entendernos. El libro “Para hablar de la sociedad”, (Howard Becker, 2007) nos muestra las dos preguntas que nos hacemos ante los modelos con los que leemos la realidad: ¿qué pasó? ¿por qué pasó? Para las cuestiones morales que se abren con la segunda pregunta, nuestras respuestas son siempre interpretativas. Pero también es interpretativa la selección de datos y la conversión en enunciado del mero hecho.  ¿Significa eso que es imposible conocer la verdad? Así se posiciona la postmodernidad. Pero antes de determinar si es o no posible el acceso a la verdad, quedan muchas cuestiones intermedias: ¿quién selecciona los hechos? ¿Con qué formación cuenta quien lee el enunciado? Lo cierto es que no damos la misma respuesta porque ni siquiera nos hacemos la misma pregunta.

martes, 9 de enero de 2018

Incoativamente

Fascina el lenguaje. ¿Es algo la inteligencia sin el lenguaje? Buena parte de la filosofía del siglo XX explica la realidad como lo lingüísticamente expresado (Kant). Así, la pregunta por la realidad pasa a pregunta por el significado, por el sentido. En su Trilogía, Zubiri presenta una relación inmediata entre lo real y la inteligencia: la aprehensión primordial de la realidad por parte de la inteligencia (sentiente). Es aprehensión incoativamente a la vez que primordial, lenguaje. A su vez, el lenguaje es siempre contemporánea e incoativamente racional. Zubiri no imagina una razón que deviene lenguaje que formula la realidad, sino una realidad aprehendida primordialmente (inteligencia sentiente) e incoativamente logos y razón. Si la filosofía se hace puro análisis del lenguaje, se autolimita y renuncia a lo real, y pone la base para eso que hemos llamado pensamiento débil.

lunes, 8 de enero de 2018

Escuela de libertad

La cuestión de la libertad atraviesa la historia del filosofar. En el medievo se habla “de libero arbitrio”. T. Aquino lo defiende. Con la llegada del Renacimiento, Erasmo lo ignora. Nuestra libertad sería simple montura para el buen o el mal espíritu que luchan por el puesto). Es el mensaje de Lutero: el “solo gracia” excluye la libertad. Loyola, que observa los movimientos del buen y el mal espíritu, apunta que el saber usar de la propia libertad “salva el ánima”. De ahí la importancia de “no venir en soberbia”. En los 90 la foto del Voyager presenta un punto azul pálido (Sagan) y muestra la pequeñez de lo humano. Hace también evidente el empeño de una cadena histórica de almas capaces de poner una máquina fotográfica a millones de kilómetros de casa. Este aspecto de Loyola, su escuela de libertad, hace del renacentista un líder para hoy (Albistur).

Inteligir sentiente

Para Berger y Luckmann, realidad es construcción social (1966). H. Becker (Para hablar de la sociedad, 2007), tras cuarenta años, dice que todo hecho está sostenido por una teoría aceptada por una comunidad concreta para la que tiene significado. Así, un hecho es interpretación (Becker distingue entre interpretación y hecho; cuestión de nivel). Queda Zubiri como Quijote: La realidad sigue siendo tan tenaz que cuestiona toda comunidad de sentido y obliga a buscar una nueva relación entre el inteligir y lo que da de sí, lo real. Berger (Rumor de ángeles) ve que es posible un logos a partir de lo real que no se distancie hasta la ruptura con la realidad. La experiencia cotidiana indica que sobrevivimos en una realidad agresiva por un inteligir sentiente, no fantasiosa ficción, por un sentir inteligente, una interpretación correcta de lo que de suyo, de lo real.