jueves, 8 de marzo de 2018

Afrontar la muerte

Quizá por un tiempo, Heidegger cree que la muerte nos afirma. Es que se trata de “mi” muerte. Más adelante, sospecha de la pura negatividad de la muerte. Byung-Chul señala que el morir puede ponernos en alerta ante lo absolutamente ajeno. Hace una grieta en un mundo de diversidad tolerada que nos iguala; la muerte confronta con lo no igual. Dos respuestas se turnan: la del terrorismo que ama la muerte como respuesta a la violencia de lo igual; y la de la cultura que quita voz a la muerte. Loyola no ama, ni rechaza, ni explica la muerte. La afronta. Permite ver y elegir en la vida desde lo absolutamente otro, sin escabullirlo de lo real. No vivimos para morir, pero el morir es propio del vivir. Si silenciamos la muerte, si el enjambre oculta su voz, entonces el vivir será víctima del imperio del todo igual, del nada distinto, del sólo lo ancho, lo largo, lo profundo.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Enemigo

Dice el profesor García-Baró que la filosofía es necesaria para la vida. Dice que no habla de la via catalana porque lo escrito está condenado a no ser entendido: solo lo hablado en ambiente de acogida añade en positivo (Entrevista en ECCA). Hay una violencia, física o ambiental, que parece proceder de una fuente imaginaria. Nos devuelve a Byung-Chul: “La idiosincrasia de un pueblo pone a disposición una identidad. Al mismo tiempo inventa un enemigo” (“La expulsión de lo distinto”, 2016).  Así, la creación del enemigo proporciona un refuerzo a la propia identidad. Cita Byung-Chul a C. Schmitt: “El enemigo es nuestra propia pregunta como figura. Por este motivo tengo que confrontarme con él cambatiendo”. García-Baró señala: quizás la vocación política está poco disponible. Cuando nuestros políticos lo dejan, nuestros problemas nos enfrentan.

martes, 6 de marzo de 2018

La violencia y lo igual

Ante la violencia de lo igual, surge el terrorismo. Sin entrar en sus motivaciones explícitas (políticas, religiosas), el terrorismo es la contrafuerza destructiva ante “el poder de lo global que todo lo nivela reduciéndolo a lo igual” (Byung-Chul). Ante la pretensión de finalizar la historia (Fukuyama) con la propagación implacable de lo igual con su violencia muchas veces invisible (la democracia liberal y el libre mercado), la muerte aparece como lo único que no se somete a lo igual, al modelo productivo de nuestro neoliberalismo. La muerte finaliza la producción. “La glorificación de la muerte por parte de los terroristas y esa actual histeria con la salud que trata de prolongar la vida como mera vida a cualquier precio se suscitan mutuamente” (Byung-Chul). La negación de lo Otro se niega en la aparición de la Muerte. ¿Qué emoticono es apropiado?

lunes, 5 de marzo de 2018

La expulsión de lo distinto

Si Levinas pretende que lo Otro sea la piedra angular de la filosofía, Byung-Chul concluye que “los tiempos en que existía el otro se han ido”. En “La expulsión de lo distinto” (2016), Byung-Chul señala al violento poder de lo igual, que resulta invisible. Es el “me gusta” de Facebook. Seleccionamos las redes para afirmarnos en lo que ya somos. Negamos la pura otredad sin que se note; no aparece como una enfermedad, ni como un carcinoma agresivo (Baudrillard, El otro por sí mismo, 1997), sino como un estado de coma: “La interconexión digital total y la comunicación total no facilitan el encuentro con otros. Más bien sirven para encontrar personas iguales y que piensan igual, haciéndonos pasar de largo ante los desconocidos” (Byung-Chul). Las redes nos enredan en un bucle del yo. Como lo igual no duele, ni reacciono ni me entero. Estoy en coma. Me gusta.

domingo, 4 de marzo de 2018

¿Fundamento para la ética?

Persigue Levinas una ética que no se fundamente en el ser, o en la ontología, o en la metafísica; busca una metaética. Si la ética pone su fundamento en el “deber ser”, entonces se fundamenta en la metafísica; si la ética se fundamenta en el “conocer”, entonces se fundamenta en la epistemología, en la gnoseología, y de ahí, de nuevo, a la pregunta por el qué podemos conocer; ese “qué” devuelve a la ontología. Si la ética se fundamenta sobre el lenguaje y su pragmática, es posible que devenga en conversación, no en pensamiento. Antes de todo mandato. ¿Qué justifica la propia emergencia de cualquier mandato? Apuntemos a la pura otredad, al mero hecho de que hay sin que yo esté en el escenario. El deber hacer tiene su raíz en que la otra persona, lo Otro, no es un objeto conceptualizable.