viernes, 21 de septiembre de 2018

El mito del futuro

A Marx lo secuestran sus intérpretes (Sloterdijk, “Temperamentos filosóficos” 2010). Sucede con él, como con las religiones: sus textos se convierten en referente y su interpretación necesaria para adecuarla a la realidad. Goñi afirma que con Marx, la nariz del filósofo queda, con frecuencia, oculta tras las barbas del revolucionario (“Las narices de los filósofos” 2008); recomienda leer “El manifiesto comunista” y saborear su regusto decimonónico. ¿Mira Marx hacia el pasado mítico para elaborar su pensamiento? Más bien mira hacia el futuro, igualmente mítico, de la sociedad sin clases. Con ese poder de seducción, lee su tiempo y defiende que no son las ideas, sino la organización económica, lo que determina la realidad. Sin embargo, su idea, reconvertida por líderes políticos impresionantes, determinan la historia del siglo XX.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

El uso político de la religión

Jesucristo Libertador es título de cierta cristología católica latina del último tercio del s.XX. ¿Un proyecto político? De hecho, incorpora la “Teología política” europea de Metz. Quizás, parte de la catolicidad nicaragüense entendió la revolución sandinista como el triunfo del Reino de Dios frente a la injusticia. En el Egipto del s. XIX, Occidente era ambivalente. Se reconocían como valores a recuperar por el Islam la justicia, la separación política/religión, libertad intelectual, pensamiento racional… Sin embargo, al-Afgani (1839-1897) observa a un Occidente dispuesto a conquistar el mundo islámico. Por eso, propuso que el Islam se uniera y usara la religión como defensa frente al imperialismo. Armstrong (“Los orígenes…”, 1910) insiste: lo religioso da sentido, pero es fundamentalismo cuando pretende plasmarse como una realidad de la razón y la acción política.

lunes, 17 de septiembre de 2018

La promesa de la tierra

El judaísmo se ve amenazado por la modernidad. A lo largo del siglo XIX, se teme a la exterminación “…como una evaluación realista del potencial aniquilador de la modernidad” (Armstrong, “Los orígenes…”, 2010). Entre las muchas reacciones, el Sionismo propone una tierra refugio. Los sionistas ven la religión como un freno al progreso de Israel. Sin embargo, el mito de Jerusalén y del retorno a la Tierra Santa es un magnífico aliado del sionismo. El sionismo es un camino peculiar para introducir al judaísmo en la modernidad. Choca con el judaísmo ortodoxo que hace tabú de toda pretensión de convertir al Mesías de nuevo en una propuesta política actual. Si se rompe ese tabú, el lenguaje narrativo de la religión se trata como lenguaje racional, como logos. La historia muestra la sangre como resultado.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Los hechos y la historia

De la historia se hace uso y abuso (MacMillan, 2009). Señala Popper que más bien, lo que sucede, es que la Historia no existe (“Acerca de la historiografía y el sentido de la historia”, 1962).  Se trata, en primer lugar, de que existen diferentes “historias de…”, aunque con frecuencia, lo que buena parte de la ciencia histórica considera historia es, en realidad, la historia de la ambición  y el poder político.  En segundo lugar, la historia es necesariamente una selección de algunos acontecimientos que nunca podrían determinar un sentido de la historia, aunque esos acontecimientos puedan ayudar a comprender mejor lo que ha sucedido después tras haber conocido lo que ha sucedido antes. En ese sentido, toda explicación de la historia es sometible a juicio y todo juicio debe estar respaldado por la documentación que acredite los hechos seleccionados.