lunes, 21 de septiembre de 2020

Contra la banalidad (3), a propósito de Joseph Moingt SJ

También ahora, sentimos la tentación de despachar la crisis actual, que es más que una crisis sanitaria, con el discurso del surfeo y el argumentario de la autoayuda. Es una tentación que se justifica desde la practicidad y lo culturalmente asumible en tiempo de redes, imágenes y twits. Pero quizás, ante la perplejidad que nos deja la crudeza del dolor, este tiempo requiere el valor de Moingt que, con noventa y dos años, tras publicar sus grandes libros, escribe: “...me preguntaba no solo si había encontrado las soluciones correctas, sino también si me había planteado las cuestiones adecuadas, si había llegado al fondo de los problemas”. Esa honestidad es admirable. Ahora que todas las instituciones, incluidas, por supuesto, las comunidades de sentido que son las Iglesias, deben remirar sus discursos, nos toca preguntar no solo por las soluciones que hasta ahora parecían válidas, sino también por las propias preguntas formuladas y aquellas que ni siquiera nos hicimos.