miércoles, 21 de noviembre de 2018

Contracultura y Fundamentalismo

Antes de que el fundamentalismo se movilice, pasa, a juicio de Armstrong (“Los orígenes…”, 2010) por una contracultura. En Irán, ante la imposición moderna del sha Reza, el chiismo hace de la ciudad de Qom un centro religioso que introduce la participación del clero en la política. El estado moderno y socialista de Nasser (Egipto) ve crecer a los Hermanos Musulmanes que controlan la sociedad desde fuera del estado. Ante el triunfo de los cristianos liberales en muchas confesiones de EE.UU., nacen universidades y medios que crean hogar cultural para quienes siguen los cinco fundamentos. El avance del Sionismo y su racionalidad provoca una subcultura que no acepta la separación de lo sagrado y lo profano. El temor a la desaparición frente a la racionalidad de la cultura dominante genera el retorno moderno a los fundamentos.

domingo, 18 de noviembre de 2018

al-Qutb

La presión hacia lo nuevo, hija de la modernidad y denunciada por Adorno, presenta el dilema de correr cada vez más (Byung-Chul Han) o, sencillamente, quedar obsoleto (Bauman). Para Armstrong (“Los orígenes”, 2010), al-Qutb “puede considerarse el iniciador del fundamentalismo sunní”. Vive un periodo de entusiasmo por Occidente, pero la política colonial y el apoyo al sionismo lo desilusiona. Su paso por la prisión egipcia, le lleva a emplear toda su capacidad argumentativa en montar una ideología islámica capaz de combatir en su mismo terreno al marxismo, el capitalismo, el laicismo o el liberalismo. Hace del mito islámico un logos revolucionario: se enfrenta a la ciudad laica y retorna al sentido religioso de la sociedad. Su llamamiento a la lucha, tergiversa al Profeta desde la convicción profunda de la amenaza de la extinción. Nasser lo hace ejecutar en 1966.