jueves, 15 de noviembre de 2018

La persona modular y la patria

La vida de cada persona es una vida modular (Bauman, “En busca de la política”, 1999). De ese modo navegamos con eficiencia en un mundo de agrupaciones débiles. Nos unimos y nos separamos “ad hoc”. La propia familia deja de ser un lugar de pertenencia para convertirse, paulatinamente, en espacio fluido para entrar y salir. Se acabaron las coerciones que nos mantenían unidos por un poder de control internalizado o puramente externo. Asegura Bauman que se trata del “producto más notable de la sociedad moderna”. Sin embargo, todos estos atributos tienen una contrapartida: nunca nos sentimos en casa y siempre se nos somete a una triple condena: “la incertidumbre, la inseguridad y la desprotección”. No es extraño que la promesa de una patria o una tribu con significado esté en la raíz de todo fundamentalismo.

martes, 13 de noviembre de 2018

La sociedad del conocimiento

Como primera hipótesis, la sociedad del conocimiento (Drucker en 1969) es una estrategia de encubrimiento: oculta una globalización desbocada en la que el empobrecimiento, la deslocalización y el “precariado” se imponen. Como segunda hipótesis, la sociedad del conocimiento es un paso ulterior del capitalismo que incorpora el conocimiento como factor de producción (además de la tierra, el trabajo y el capital). Por eso, los currículos actuales evalúan competencias. Como tercera hipótesis, la sociedad del conocimiento es una formulación esperanzada del futuro de la humanidad: “el uso masivo de la tecnología y un incremento sustancial de la eficiencia productiva” podrían servir para una sociedad más justa donde ser más felices. Antoni Brey nos introduce en esta temática en “La sociedad de la ignorancia” (2009). El título toma ya partido

lunes, 12 de noviembre de 2018

El momento ombligo

Quien a comienzos del siglo pienza que Lady Di es una de las personas más relevantes de la historia del Reino Unido es fruta de una época que se mira el ombligo. En conversaciones de salón, siempre hay alguien que asegura que vivimos tiempos difíciles. Probablemente nunca hubo un periodo de la historia que sus protagonistas no vivieran como tiempos difíciles. Con una reflexión similar introduce Daniel Brey el libro de ensayos “La sociedad de la ignorancia” (2009). Sin embargo, atendiendo a la transformación que nuestra capacidad comunicativa vive desde la incorporación acelerada de internet y los dispositivos móviles, Brey afirma que vivimos un cambio diferente que afecta a nuestra capacidad de conocer y de comunicar lo que conocemos. A ese cambio atribuye que nuestro tiempo puede recibir el nombre de sociedad de la ignorancia.

domingo, 11 de noviembre de 2018

¿Dónde estás?

Nuestra compañía telefónica sabe dónde estamos. Cuando llamo, no sé dónde está mi interlocutor. Observa Eco que a la pregunta por dónde estás se puede contestar “justo detrás de ti”. Nos podemos engañar entre hablantes, pero no a la empresa que triangula nuestra presencia por las antenas o mediante la señal gps. Piensa Ferraris (y así lo cita Eco) que el móvil nos cambia mediante las posibilidades que abre (destaca la inmediatez) y las castraciones a las que nos somete (la pérdida de soledad, el silencio o el momento del no –en términos de Byung-Chul Han). El móvil pasa a ser instrumento de registro, de creación de hechos sociales, diferentes a los hechos cosas o a los hechos ideas. El móvil crea hechos intencionales, pero a distancia, sin presencialidad, de forma habitual y con la fiabilidad garantizada por el operador telefónico.