Hacia la muerte como tránsito a la luz y la vida de otro modo
apunta Fernando Cordero SS.CC. En “El tren azul”, un pliego de la revista Vida
Nueva de finales de 2017. Subraya
Cordero la connaturalidad de la muerte y el carácter contracultural de quien
pretenda ponerla como asunto del que hablar y ante el que quedarse. No se trata
de que las palabras ocupen todo el espacio, puesto que el silencio es oportuna
compañía cuando hay que “acompañar en el sentimiento”. Acompañar que no es
sustituir. Acompañar que no es distraer o divertir. Parece que hemos recorrido
largo trecho, desde el “ser para la muerte” de los existencialistas de la
postguerra europea –tanta muerte en los caminos- a la ausencia de la muerte en
el pensamiento ligero o a la espiritualización de la misma hasta extremos
irreconocibles. Y de hecho, empezamos a morir al nacer.
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