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lunes, 17 de junio de 2019
Cambios en la comunicación

lunes, 27 de mayo de 2019
Verdad errática

domingo, 12 de mayo de 2019
El tiempo y la muerte de Dios
Subraya Byung-Chul Han (“El aroma del tiempo”, 2009) que, con la muerte de Dios, Nietzsche vacía de consistencia el tiempo, por más que trate de recuperarla con su eterno retorno de siempre lo mismo. Ese vaciamiento se vive hoy con la apariencia de la aceleración: todo se fuga, sin un destino, sin meta ni heredero (por más que el propio Nietzsche alude a ambos conceptos en su intento de dar consistencia a nuestro camino hacia la muerte). El existencialismo propuso la vida como una auto construcción libre: una meta y un heredero. Los estructuralismos muestran la impertinencia de la diacronía, que se resuelve en un no tiempo (sincronía) puesto que el determinismo lo ordena todo. Hoy, la vivencia, fugaz y sin historia, sustituye a la experiencia, que necesita tiempo. Así afecta a la verdad: queda reducida a lo vivenciado en cada momento, prácticamente independiente de lo realmente experimentado en el tiempo que dura. Quevedo mira al final de sus días con una poderosa carga nihilista. Sin embargo, acaba proponiendo que aquel polvo en el que se resuelve su vida, es polvo enamorado, y aquella ceniza tiene sentido.
jueves, 9 de mayo de 2019
Vencida la espada
“Vencida de la edad sentí mi espada”, canta Quevedo en quejumbroso soneto. Señala el paso del tiempo al recorrer el último trecho. Tema propio de la poesía que se plasma magnífico en Jorge Manrique: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir…”. Parece situarse en esa estela Heidegger: asegura que somos para la muerte. Pero hoy, señala Byung-Chul Han, es una muerte desprovista de significado. No es el final de nada, se nos dice, porque si después es nada, lo previo también lo es. En Manrique perdura la memoria; en Quevedo “serán cenizas, mas tendrán sentido”. En nuestra cultura, una insignificante fracción de un tiempo inabarcable que se mide en miles de millones de años. Menos de una fracción de segundo en escala anual. Situada la humanidad en el pálido azul de un punto en un rincón perdido de una galaxia más bien mediana entre cientos de miles. Nada. Salvo que el misterio de luz habite en la trascendencia: “Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”, confiesa Hipona.
domingo, 5 de mayo de 2019
Tiempo perdido

miércoles, 8 de agosto de 2018
Atrapar el tiempo a la carrera

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jueves, 14 de diciembre de 2017
La historia

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