Nuestra
compañía telefónica sabe dónde estamos. Cuando llamo, no sé dónde está mi
interlocutor. Observa Eco que a la pregunta por dónde estás se puede contestar
“justo detrás de ti”. Nos podemos engañar entre hablantes, pero no a la empresa
que triangula nuestra presencia por las antenas o mediante la señal gps. Piensa
Ferraris (y así lo cita Eco) que el móvil nos cambia mediante las posibilidades que
abre (destaca la inmediatez) y las castraciones a las que nos somete (la
pérdida de soledad, el silencio o el momento del no –en términos de Byung-Chul
Han). El móvil pasa a ser instrumento de registro, de creación de hechos
sociales, diferentes a los hechos cosas o a los hechos ideas. El móvil crea
hechos intencionales, pero a distancia, sin presencialidad, de forma habitual y
con la fiabilidad garantizada por el operador telefónico.
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