Mostrando entradas con la etiqueta Lutero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lutero. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de septiembre de 2018

Discreción de espíritus

Coopérnico, Galileo, Isaac Newton… la modernidad avanza. Todos ellos son hombres creyentes que tratan de adecuarse al nuevo ethos: el logos y el progreso (Armstrong, “Los orígenes…” 2010). Lutero, con su reforma, apela al retorno a las fuentes, pero de un modo moderno: la primacía del individuo sobre las normas de la cultura en la que nace. Loyola introduce el discernimiento que acota tanto la apelación a las fuentes (“vivir a la apostólica”) como a la mística individual (“distinguir mociones”). Frente a los avances del logos, el mito se interioriza y muchas personas creen poder apelar a la experiencia directa de Dios. En la estela de Loyola, los grandes místicos ibéricos, Teresa y Juan de la Cruz, repugnan excentricidades, iluminismos y “directores espirituales” poco inteligentes. Si la respuesta es la interioridad, hace falta “discreción de espíritus”.

lunes, 8 de enero de 2018

Escuela de libertad

La cuestión de la libertad atraviesa la historia del filosofar. En el medievo se habla “de libero arbitrio”. T. Aquino lo defiende. Con la llegada del Renacimiento, Erasmo lo ignora. Nuestra libertad sería simple montura para el buen o el mal espíritu que luchan por el puesto). Es el mensaje de Lutero: el “solo gracia” excluye la libertad. Loyola, que observa los movimientos del buen y el mal espíritu, apunta que el saber usar de la propia libertad “salva el ánima”. De ahí la importancia de “no venir en soberbia”. En los 90 la foto del Voyager presenta un punto azul pálido (Sagan) y muestra la pequeñez de lo humano. Hace también evidente el empeño de una cadena histórica de almas capaces de poner una máquina fotográfica a millones de kilómetros de casa. Este aspecto de Loyola, su escuela de libertad, hace del renacentista un líder para hoy (Albistur).