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martes, 31 de julio de 2018

El corazón tiene razones

La filosofía es paso del mito al logos. Lo situamos en el entorno de los presocráticos de la antigua Grecia. Sin embargo, como hace notar Nietzsche en “El origen de la tragedia”, con la filosofía convive el oráculo de Delfos y los ritos de Dionisos. El esfuerzo de racionalidad tiene límites. Se habla de inteligencias múltiples y hace medio siglo lo expresó poéticamente Saint Exupery: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Aceptamos que nuestros sentidos funcionan con unas reglas que dejan fuera una parte importantísima de la realidad. Reconocemos patrones, dice la neurociencia. Los principios de la lógica suponen siempre un conocer tematizable y acotado en proposiciones o predicados. Algo no encaja. Sin embargo, la pura apelación al irracionalismo, por incluir lo dejado fuera, expulsa también mucho.

lunes, 2 de julio de 2018

Super-humanos


¿El desarrollo de la inteligencia artificial señala a un cambio en la comprensión de lo que es ser humano? Hace unas décadas parecía que había actividades humanas complejas imposibles para la combinación de máquina e informática: conducir, el ajedrez, la fotografía artística, etc. Es como si lo que exige nuestra capacidad intuitiva o nuestro conocimiento no tematizado estuviera lejos del alcance de la robótica. Pero cada día se escribe una nueva línea de programación que simula el comportamiento humano y los procesos internos de decisión (Carr, “Atrapados”, 2014). El sujeto que toma conciencia de sí mismo ¿es una frontera inaccesible para la máquina? También recorremos el camino inverso: cada vez usamos más instrumental que nos hace ir más lejos de lo que nuestra mera corporalidad podría. ¿La máquina nos hace super humanos?

jueves, 29 de marzo de 2018

¿Qué es el hombre?


La filosofía gira en antropología con Descartes al poner en el centro del pensar el propio sujeto y la propia actividad de pensar. El giro tiene su culmen en Kant, donde todas las preguntas filosóficas (¿Qué podemos conocer? ¿Qué podemos hacer? ¿Qué nos cabe esperar?) se reducen a una: ¿Qué es el hombre? Desde entonces, unas y otras escuelas han sacado consecuencias y unas y otras han notado los límites de esta orientación. Si el programa fenomenológico propone la vuelta a las cosas y el estructuralismo apunta al post-humanismo, Zubiri insiste en el carácter sentiente de toda inteligencia y Levinas asalta la pura otredad. Derrida cruza todo su trabajo por la “atención a la alteridad”. Por el camino, casi toda la filosofía ha quedado en análisis de textos.  Entre la supuesta cosa y el supuesto sujeto queda la narración, el lenguaje.

martes, 9 de enero de 2018

Incoativamente

Fascina el lenguaje. ¿Es algo la inteligencia sin el lenguaje? Buena parte de la filosofía del siglo XX explica la realidad como lo lingüísticamente expresado (Kant). Así, la pregunta por la realidad pasa a pregunta por el significado, por el sentido. En su Trilogía, Zubiri presenta una relación inmediata entre lo real y la inteligencia: la aprehensión primordial de la realidad por parte de la inteligencia (sentiente). Es aprehensión incoativamente a la vez que primordial, lenguaje. A su vez, el lenguaje es siempre contemporánea e incoativamente racional. Zubiri no imagina una razón que deviene lenguaje que formula la realidad, sino una realidad aprehendida primordialmente (inteligencia sentiente) e incoativamente logos y razón. Si la filosofía se hace puro análisis del lenguaje, se autolimita y renuncia a lo real, y pone la base para eso que hemos llamado pensamiento débil.

lunes, 8 de enero de 2018

Inteligir sentiente

Para Berger y Luckmann, realidad es construcción social (1966). H. Becker (Para hablar de la sociedad, 2007), tras cuarenta años, dice que todo hecho está sostenido por una teoría aceptada por una comunidad concreta para la que tiene significado. Así, un hecho es interpretación (Becker distingue entre interpretación y hecho; cuestión de nivel). Queda Zubiri como Quijote: La realidad sigue siendo tan tenaz que cuestiona toda comunidad de sentido y obliga a buscar una nueva relación entre el inteligir y lo que da de sí, lo real. Berger (Rumor de ángeles) ve que es posible un logos a partir de lo real que no se distancie hasta la ruptura con la realidad. La experiencia cotidiana indica que sobrevivimos en una realidad agresiva por un inteligir sentiente, no fantasiosa ficción, por un sentir inteligente, una interpretación correcta de lo que de suyo, de lo real.