La
historia político-religiosa de EE.UU. del siglo XIX se distancia de la europea.
En la carrera hacia la modernidad, los EE.UU. avanza con la ilustración de sus
fundadores. Pero el “2º gran despertar” es la continuidad de la revolución: la
religión de la gente pobre frente al deísmo ilustrado de las élites (Armstrong,
“Orígenes…”). La sociedad norteamericana se hace más religiosa. Identifica con
la espiritualidad grandes virtudes políticas: el progreso, la liberación, la
cultura, la solidaridad. En Europa, sin embargo, la brecha de Galileo y Newton
se profundiza con Kant y Darwin. Una auténtica cruzada contra la religión tiene
efectos sobre una sociedad que vive lo religioso como obsoleto y defensor del
ethos del “ancien regime”. El estudio de la religión como ciencia la desmiente.
Alguien ha confundido el discurso de sentido con el discurso científico.
jueves, 13 de septiembre de 2018
miércoles, 12 de septiembre de 2018
Rendir cuentas
“La filosofía es el juez de
una época; mal asunto cuando en lugar de esto se convierte en su expresión”.
Cita a Hofmannsthal Popper al explicar su ser filósofo: racionalista e
ilustrado. Y dice: “Un racionalista es sencillamente un hombre que concede más
valor a aprender que a llevar razón”. No es el racionalismo la preeminencia de
la razón especulativa sobre los datos. Afirma, por el contrario, que aunque
toda respuesta es una hipótesis elaborada por la razón, siempre será una
hipótesis provisional y que debe rendir cuentas ante la realidad y lo que de
ella averigüe el esfuerzo investigador (La responsabilidad de vivir, 1994). Por
eso, la filosofía no puede ser una buena amiga de los comportamientos
contemporáneos. Si Bauman describe la vida líquida debe ser como instancia
crítica. Si Byung-Chul Han nos habla del enjambre es para invitarnos a
abandonarlo.
martes, 11 de septiembre de 2018
Discreción de espíritus
Coopérnico,
Galileo, Isaac Newton… la modernidad avanza. Todos ellos son hombres creyentes
que tratan de adecuarse al nuevo ethos: el logos y el progreso (Armstrong, “Los
orígenes…” 2010). Lutero, con su reforma, apela al retorno a las fuentes, pero
de un modo moderno: la primacía del individuo sobre las normas de la cultura en
la que nace. Loyola introduce el discernimiento que acota tanto la apelación a
las fuentes (“vivir a la apostólica”) como a la mística individual (“distinguir
mociones”). Frente a los avances del logos, el mito se interioriza y muchas
personas creen poder apelar a la experiencia directa de Dios. En la estela de
Loyola, los grandes místicos ibéricos, Teresa y Juan de la Cruz, repugnan
excentricidades, iluminismos y “directores espirituales” poco inteligentes. Si
la respuesta es la interioridad, hace falta “discreción de espíritus”.
lunes, 10 de septiembre de 2018
El ordenador (computador) es estúpido
La
moderna publicidad provoca atmósferas donde respondemos a los estímulos y
creemos que conservamos la libertad. “La vileza y la infancia consisten en la
incapacidad de oponer resistencia al impulso”, señala Byung-Chul Han que cita
“El ocaso de los dioses” de Nietzsche. Por eso, la hiperactividad, la
multitarea, la capacidad de responder más rápido no es un signo de libertad:
nos hacemos así hiperpasivos: incapaces de decir no ante lo que es la moda, lo
que reclama la multitud, la autoexplotación o la corriente que fluye. De hecho, Byung-Chul observa que un ordenador
no tiene dudas, ni espacios de no, ni momentos de parada. Sin la parada, sin la
duda, sin el no, la creatividad no es posible: “A pesar de su enorme capacidad
de cálculo, el ordenador es estúpido porque le falta la capacidad de
vacilación”. Y hoy quizás lo imitamos.
domingo, 9 de septiembre de 2018
Ciencia y guerra
En 1939,
Hitler invade Polonia. La lógica guerrera pone a los científicos en cada bando. Se pierde la oportunidad de un consenso de límites éticos de la
investigación nuclear (Dyson, “El científico…”, 2006). Unos meses antes, al
descubrir la fisión, en Washington los físicos discuten sobre la gloria del
podio. Contrapone Dyson a la ciencia biológica que, en 1975, tras el
descubrimiento del ADN, organiza la conferencia de Asilomar que propone las
normas éticas que imperan en la investigación. No pasa en 1939 con Heissemberg
y Openheimer. En Los Álamos se da una carrera contra la física alemana que
continúa incluso con Alemania derrotada. Sólo Roblat (Varsovia, 1908 / Londres,
2005) abandona el proyecto y en 1995 recibe el Nobel de la Paz. Pero el mundo
tiene Hiroshima, Nagazaki y tantas ojivas nucleares como para borrar la vida de
la faz de la Tierra.
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