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viernes, 12 de octubre de 2018
Las viejas cuestiones

jueves, 19 de abril de 2018
Natura y cultura

martes, 17 de abril de 2018
Tomás de Aquino

lunes, 16 de abril de 2018
Las causas del Ser

La
metafísica no es un paso ulterior de hipótesis empíricas a partir de otras
hipótesis empíricas, las de la ciencia (Kopleston, Tomás de Aquino, 1995).
Quiere hablar del ser en cuanto ser… y no en cuanto ser una cosa u otra. La
metafísica indaga las causas del Ser (Aquino sigue a Aristóteles). Para el
Círculo de Viena, esta reflexión choca con que el análisis muestra el vacío de
la expresión “ser en cuanto ser”: así que de lo que no se puede hablar, mejor
callar. Los existencialismos superan la metafísica porque entienden que no hay
ser que no venga determinado en un modo de ser: la existencia precede a la
esencia. Los estructuralismos muestran que el ser se disuelve en relaciones
rígidas de las que su apariencia emerge. Si no encontramos otro camino,
filosofar equivale, pues, puramente a conversar. Se amplía el aroma de la
superficialidad.
lunes, 26 de marzo de 2018
Idolatrar lo humano

martes, 27 de febrero de 2018
Ausencia en toda presencia

lunes, 15 de enero de 2018
Conocimiento tomista

lunes, 8 de enero de 2018
Escuela de libertad

miércoles, 3 de enero de 2018
Abandono
No disimula Agustín de Hipona la potencia de la muerte. Ni tampoco Tomás de Aquino. Kierkegaard se rebela contra esas imágenes que representan a la muerte con rostro de luz. Sartre sospecha que morimos antes de acabar nuestra tarea. El “ser-para-la-muerte” de Heidegger parece suponer que en ella, de algún modo, nos realizamos. Octavio Paz advierte: “Nuestra muerte ilumina nuestra vida”. De alguna mamnera, el modo de morir –como en Heidegger- pareciera dar sentido (¿salva? ¿justifica?) al modo en que hemos vivido. ¿Cambia todo la trascendencia? ¿Es la fe cristiana en la resurrección un morir menos? Xabier Zubiri afirma la contundencia de la muerte. Al morir, morimos. No es un mero tránsito. Es una acentuación del misterio. La fe afirma la resurrección, pero no niega el misterio. Teresita de Lisieux habla de abandono. El abandono es amigo de la duda.
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