En la
narrativa del Éxodo, Moisés se resiste. Cuestiona la posibilidad de la misión,
la capacidad personal para la misma y también la autoridad que envía (“¿Y si me
preguntan quién me envía? ¿Qué les diré?). El pensamiento débil retira la
posibilidad de la metafísica y no reconoce entidad a la persona o a las
relaciones entre personas. Nada tiene suelo. Nada vale. Todo vale. Sin embargo,
en el desierto, Moisés se descalza y escucha que se le llama por su nombre. Oye
un relato de liberación y acaba por afrontar la obligación ética de las
relaciones humanas (divinas). El Mediterráneo y sus cadáveres son un ruido más
en el enjambre y una realidad virtual en el mundo de lo pulido. El pensamiento
débil engendra respuestas que identifican al mafioso que se lucra con la
persona que ayuda. En un tango del primer tercio del siglo XX, esto se llamó
cambalache.
jueves, 19 de julio de 2018
miércoles, 18 de julio de 2018
Falsa pregunta
Para Wittgenstein es una falsa pregunta con ninguna respuesta
posible, un falso problema y no hay nada que decir sobre el mismo. Mejor
callar. Sartre quizás piense que se trata de un sentido autoconstruido y que no
hay un para qué ya dado: el sentido se fabrica por la propia persona sin más
referente ni horizonte que la historia en la que vive. Foucault invita a
observar cómo el viento de las circunstancias lo borrará como a un rostro
dibujado en la arena de la playa. Sin embargo, las personas ponemos un para qué
a nuestras actuaciones, lo elegimos: el dinero, el poder, el placer. O, incluso
sin darle una formulación conceptual, el para qué es el miedo o la codicia, el
propio ego o aquellas causas que encumbran a la persona y le dan prestigio o reconocimiento.
Por tanto, ¿es el sentido una falsa pregunta o hay propuestas que son falsas
respuestas?
martes, 17 de julio de 2018
Tierra sagrada
Perviven las imágenes en las iglesias y, en ocasiones,
alguien se santigua a nuestro lado cuando el avión está por despegar. Un señor
que lleva una especie de rosario en su mano forma parte de un paisaje en el
que, en las fiestas patronales, la vecindad carga con el santo en procesión. Se
convierte en noticia que alguien promete su cargo sin símbolos religiosos y lo
religioso adquiere con frecuencia también aires de navegante líquido en esa
sorprendente globalización de la superficialidad. Persiste lo religioso en la
ciudad secular. Sin embargo, se trata de una fe que, para sobrevivir en la
atmósfera de lo plano, refuerza signos de identidad o se disuelve como un
rostro más del pensamiento débil. En el desierto, lejos de lo pulido, de lo
virtual y del enjambre, para escuchar el clamor de la justicia, Moisés se
descalza: es tierra sagrada.
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Virtual
lunes, 16 de julio de 2018
En el desierto
El desierto es lugar de vida cotidiana para el pastor Moisés:
soledad, reciedumbre, horizontes abiertos. El día a día es duro, áspero y real.
Byung-Chul Han indica que hoy lo cotidiano está pulido, se juega en enjambre y
se da como virtual. El desierto aparece así como la oportunidad de cambio: la
realidad nos espera en la soledad y lo áspero. La soledad no es un fin en sí
mismo, sino la ocasión y el medio para el Otro que siempre irrumpe, que siempre
está. En el desierto, Moisés reconoce la Tierra Sagrada que pisa y escucha la
voz de la realidad que es relacional. No habla la realidad (otredad) para
imponer su Ser, sino para comunicarse y enviar; para apelar a la
responsabilidad que nace de la relación (he escuchado el clamor de mi pueblo).
Sólo en el desierto, lejos de lo virtual, del enjambre y lo pulido, la vida
deja de ser líquida y se da como responsabilidad.
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domingo, 15 de julio de 2018
Cultura del ego
El estructuralismo anota que más que cosas se dan sistemas.
Los elementos no definen una estructura; es la estructura la que determina por
su relación el ser de los elementos. Lo relacional aparece también en una
filosofía radicalmente diferente: el personalismo. No se es si no se es en
relación. Más que “ser” hay “relacionar-ser”. No hay yo sin un tú. No hay
ningún yo posible sin un Tú trascendente de todos los tú posibles (Buber). La
Otredad parece como lugar decisivo de la filosofía, ya no será metafísica sino
meta ética, es decir, relacionalidad y responsabilidad. La respuesta (relación)
implica una iniciativa previa. La Otredad no sólo está sino que me configura.
Puedo, sin embargo, creer que soy yo, situarme en el centro, venir en soberbia.
Desprecio el Éxodo. Me convierto en un sumidero que todo lo succiona. Quedo en
apariencia. Eclipse. Cultura del ego.
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