
jueves, 14 de diciembre de 2017
La historia

miércoles, 13 de diciembre de 2017
No el mucho saber

martes, 12 de diciembre de 2017
Encuentro
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Patrimonio |
Espiritualidad no es intimismo. Ciertamente,
Schileebeeckx introduce “Cristo y los cristianos” (1979) señalando que todo
comenzó con un encuentro personal. Pero tras la reunión, son enviados. En los
Ejercicios Espirituales, Loyola propone que se pida “conocimiento interno” del
Cristo, pero a continuación señala que ese conocimiento tiene que ver con una
praxis que debe traducir el amor “más a las obras que a las palabras”. Será por
eso por lo que Jerónimo Nadal SJ, jesuita de primera generación, en pleno
renacimiento, sintetizará la propuesta de la naciente Compañía en un slogan
somero: “Contemplativos en la acción”. La contemplación, necesaria para eludir
la banalidad de los tiempos, no deviene ni en esteticismo ni en terapéutica
autoayuda, sino que, por el contrario lanza a la vida concreta en la que se
toman decisiones y se obtienen resultados.
lunes, 11 de diciembre de 2017
Física social
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En Cáceres |
Parece que buena parte de lo que
sucede en la vida nos pasa. Tienen una dosis de gratuidad que no obedece a
nuestro esfuerzo personal. La teología lo advierte y lo señala como don, como
gracia. Quizás una posición estructuralista lo perciba como rígido fatalismo,
como necesidad. Pero también en lo social acontece la sorpresa. En ese sentido,
una mirada objetivista pudiera “deslizarse del modelo a la realidad” (Wacquant
y Bourdieu, “Una invitación a la sociología reflexiva”, 1992). ¿Por qué nos sorprenden los hechos si son
pura necesidad? Quizás porque a todo el rigor de las estructuras debe sumarse,
con humildad pero realidad, la presencia de los seres humanos que dan
significado a los hechos que tienen lugar en el mundo. Sería insuficiente un
mirada que analice al modo de física social, por más que sea potente.
domingo, 10 de diciembre de 2017
Todo cambia
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Noche en Cáceres |
En nuestra propia historia
cambiamos. Cambian sentimientos y afectos, de modo fluctuante y poco
controlable. Cambian nuestras opiniones políticas y nuestras convicciones
religiosas. Cambia también nuestro modo de mirar y ver, de juzgar a otras
personas. Toda esa capacidad de cambio es una energía profundamente humana que
nos ha ayudado a sobrevivir como especie y nos permite adecuarnos como personas
ante las condiciones cambiantes de la realidad. Ese cambio, por supuesto, lo
podemos trabajar. Si no lo elaboramos, se convierte en “vida líquida” (Bauman),
en ocasión para los piratas (Innerarity) o en fanatismo totalitario (Arendt). Sartre afirma que no tenemos excusa: somos
responsables. Pero es cierto que en la vida observamos como casi todo, incluso
lo que resulta del esfuerzo, se recibe como don (gratuidad).
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