martes, 7 de mayo de 2019

Perdón

Relata el evangelista que, en la cruz, a punto de morir, el Cristo pide perdón para quienes lo cuelgan del madero. ¿Es que alguna de estas personas mostró arrepentimiento o solicitó perdón? No. Sin embargo, aquellas palabras resultan coherentes con la vida vivida por el nazareno. En ella, el perdón siempre fue gratis. Como en la historia de aquel Padre que salía a esperar el retorno de quien había deseado su muerte, cobrado la herencia y dilapidado la fortuna. En cuanto vio que llegaba, aunque era evidente que se trataba de un hombre movido por el interés y el deseo de bienestar, le pone un anillo en el dedo y sandalias en los pies. No es un perdón condicionado, aunque sin duda quiera el cambio de quien ha infligido el daño. Como aquella mujer a la que quieren apedrear: “yo tampoco te condeno”, dice el Galileo. Y ella comienza su camino. Primero, el don gratis del perdón. Luego, toda una vida. No es extraño que este hombre comiera con quien no debía e incorpora a un publicano, un tal Mateo, al grupo de su gente.

2 comentarios:

  1. Buenos días, P. Lucas:

    Es claro que el perdón de Jesús, es un acto de Amor, que va más allá de la fragilidadd y el pecado humano. Perdona, más no disculpa e ignora la evidencia del mal, de ahí que, pida arrepentimiento y el deseo de no volver a pecar.

    Pienso que Jesús está lejos de ser, un "perdona vidas", que se acerca al mal de los hombres y mujeres, para "congratularse", hacer como si nada pasara.

    El Amor, nunca es indiferente a la Verdad, se mantiene insobornable ante la miseria humana, no se vende a ningún impostor, que pretenda su influencia y complicidad, tener el "pasaporte" para seguir cometiendo el pecado.

    Cuando Jesús perdona, está dando opción al pecador, de convertirse y transformar, cuanto hiere su vida y hace daño a los otros. Es Jesús, el "eterno paciente", que espera de cada uno de nosotros, las palabras que un lejano día escuchó, en boca del ladrón arrepentido, increpando al que profería insultos y ultraje: ¿no tienes temor de Dios, tú, que sufres la misma pena? Nosotros sufrimos justamente, por haber cometido el delito, infrigido las leyes, pero éste no ha cometido delito alguno, ¿qué mal ha hecho?.

    Volvió su mirada hacia Jesús y le dijo dijo: "acuérdate de mí, Señor, cuando estés en tu Reino".

    El Amor no sólo perdona, a quien está dispuesto a cambiar y siente el daño causado, sino que regala el Paraíso, realidad donde el ser humano, recobra su dignidad y vive en Paz en el Amor.

    Y sí, el Amor, se implica y atreve, no guarda silencio sino que asume, tener que correr riesgos y jugarse como Jesús, la Vida. Es el hombre que aprendió sufriendo a obedecer, fiel a la voluntad del Padre, amando por encima de todo "conveniente".

    Tenemos una deuda contraída con el Amor de Jesús: la integridad de vida unida a la coherencia. Tú y yo, ¿Qué perdón buscamos? Creo en ese Perdón de Jesús, lleno de su Amor, el que nunca ha estado de "saldos y rebajas".

    Jesús, ¿quieres tú comer conmigo, en esa Comunión fraterna?

    Luego, en sobremesa, la de íntimas confidencias y callados secretos,¡HABLAMOS DE AMOR Y PERDÓN!

    Gracias. Miren Josune.

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