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jueves, 9 de agosto de 2018

Las enfermedades matan


La arqueología de la locura y de la enfermedad son el motor que dinamiza el pensamiento del autor de “Las palabras y las cosas” (Foucault). Recoge su camino Derrida que parece empeñado en deconstruir los valores quizás en la convicción de que esa deconstrucción muestre algo más que el hecho de que nuestros valores son construidos. Acontece, sin embargo, que la pregunta importante no es por el método, sino por el resultado: el lenguaje deconstruido no es importante por haber sido construido, sino por ser útil para la comunicación. Deconstruir la valoración de la ciencia médica no invalida el hecho de que las enfermedades matan. Byung-Chul Han sostiene que el efecto de la deconstrucción está ya aquí: no hay negatividad, no hay prohibición, no hay momento del no. No hay por tanto creatividad. Todo fluye. Todo es liso. El “Me gusta” vacía.

jueves, 22 de marzo de 2018

Antihumanismo - Posthumanismo

En “Las palabras y las cosas” (1966), Foucault extiende al conjunto de las ciencias humanas el método de la arqueología ya usado con la locura y la medicina. El carácter humano de las ciencias es construcción relativamente reciente: la modernidad. Por tanto, previsiblemente efímero: como un rostro sobre la arena de la playa. Así, colabora con el objetivo de Levi-Strauss: disolver lo humano en lo no humano. El lenguaje no es tarea humana, sino que lo humano es tarea del lenguaje. El hombre es el lugar en el que habla la cultura. Si en teología decimos que el cristianismo es un humanismo, entonces deberemos preguntar qué queda de la fe si se disuelve el sujeto humano tal y como lo hemos construido en la modernidad. ¿Es posible un cristianismo como post-humanismo? Se exploran respuestas en torno a la presencia de lo absolutamente Otro.

martes, 16 de enero de 2018

De vuelta a la liberación

J. Moingt SJ, que trata de dar razón de su fe, hace arqueología de los textos sagrados. Anuncia: “Todo comenzó con un rumor: Él volverá”. Nos preguntamos: ¿Por qué nos es pertinente ese retorno para quienes somos del tercer milenio? En “El hombre que venía de Dios” (1994), Moingt responde: ha de volver porque tiene una tarea inacabada: nuestra historia, nuestra humanidad. El también francés, De Chardin SJ, lo hace cosmológico: el que volverá más bien nos atrae hacia Él, es el “omega” y lo es porque de Él provenimos. Es también el “alfa”. ¿Qué hace de este esquema algo más que una autovía entre la cuna y la tumba? Moingt entiende que en él está nuestra liberación, nuestra salvación. Debemos, pues, preguntarnos si las personas del siglo XXI necesitamos alguna salvación. Solo después preguntaremos cómo el Cristo puede ser liberación.