Nos recuerda Sami Naïr, en lección pronunciada en
SC Palma con motivo de la apertura de la Universidad de Verano de La Laguna,
unas palabras de Hassan II: “Si no aceptan mis naranjas, tendrán que aceptar
mis campesinos”. Lo decía al comprobar que la UE levantaba muros a la
importación agrícola desde Marruecos motivada por la Política Agraria Común.
Naïr señala que la actual política UE, de cierre de fronteras, no será
eficiente frente a las diferencias económicas crecientes y la explosión
demográfica del África subsahariana. Señala la necesidad de un doble realismo:
el que comprende que el puro levantamiento de muros acabará cediendo y el que
entiende que no hay país que pueda abrir sin más las fronteras. Propone una
doble política: facilitar el acceso legal y promover un plan de desarrollo
realista en África. ¿Qué otra cosa nos queda?
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