¿Es todo
pura plasticidad? ¿Somos plastilina maleable? ¿O, por el contrario, la biología
determina una “naturaleza humana”? Pinker (“La tabla rasa”, 2003) muestra las
contradicciones: no podemos ver todo decidido en la neurología y, a la vez,
afirmar que todo se determina por la influencia. Subraya una cierta humildad: no tenemos una
teoría que explique claramente las diferencias y las igualdades del carácter
humano. Los estudios encuentran datos que no siempre encajan con las teorías.
Si nos empeñamos en una posición puramente innatista o puramente culturalista,
tenderemos a negar los datos de la realidad.
“La naturaleza y la educación pueden actuar de otras formas, y muchos
confunden la distinción entre ambas” (Pinker). ¿Nos quedamos con “Walden Dos”
(intervención en la educación) o con “Un mundo feliz” (intervención en la
naturaleza)?
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