miércoles, 16 de mayo de 2018

Tabla rasa y neurología

Si se impone la teoría de la tabla rasa, la que asegura que no hay naturaleza humana, las dictaduras de todos los tiempos tendrán excusa para sus propuestas de ingeniería social y las familias cargarán a sus hijos e hijas con programas educativos uniformes, porque nada hay que los diferencie en el punto de partida (Pinker, Tabla rasa, 2003). Llama la atención, sin embargo, la radicalidad de quienes –en aparente contradicción con la teoría dominante (tabla rasa) hoy consideran que todo es neurología y entienden como puramente determinadas por nuestro cerebro las capacidades del aprendizaje humano y presentan como inútiles para generar cambios esenciales la actuación educativa que se oponga a lo ahí prefijado. El cerebro no sería una pura plasticidad sobre la que escribir, sino que determinaría lo escribible. ¿Y entre los dos extremos?

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