En sus clases de ética, A. Hortal SJ afirma (1986) que en lo humano, se entiende por naturaleza lo que, cuando lo sacas por la puerta, entra por la ventana. Batler (“El género en disputa”, 1990) dice que las peculiaridades de género son atribuciones culturales y que no dependen de la diferencia natural que se da entre los sexos. Habermas, en “Post Scriptum” (2001) escribe: “He adquirido una consciencia aún mayor de los abismos filosóficos que se abren al discutir los fundamentos naturales de la autocomprensión de personas que actúan responsablemente”. Habla sobre las prácticas de intervención genética. En 2003, Pinker publica “La tabla rasa” para señalar que “…la negación de la naturaleza humana… ha perjudicado la vida de las personas corrientes”. Si hay naturaleza humana, no se disuelve como rostro sobre arena.
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