lunes, 14 de mayo de 2018

Humanismo


En el Renacimiento, el humanismo es recuperación de la cultura clásica. Tras el giro antropológico, muestra cierta centralidad de lo humano en lo ético, social, político o religioso. En dos frentes al menos, el humanismo incumple sus promesas: el deterioro humano de lo no humano (crisis ecológica) y la prevalencia legal de la ciudadanía y el individuo. La actual vida líquida (Bauman) occidental recorta derechos y atribuye a los otras personas no ciudadanas la causa de los males sociales. Así, los derechos son no de humanidad, sino de ciudadanía, y esta se atiene a los individuos. Francisco, por su parte, muestra que lo social y lo medioambiental son una sola crisis (“Laudato Si’”, 2015). La reacción antihumanista, con problemas evidentes de rigor y extensión, apunta, no obstante, a ambos problemas: la primacía de lo humano se concreta como expolio depredador y etnocentrismo ciudadano.

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