La
metafísica no es un paso ulterior de hipótesis empíricas a partir de otras
hipótesis empíricas, las de la ciencia (Kopleston, Tomás de Aquino, 1995).
Quiere hablar del ser en cuanto ser… y no en cuanto ser una cosa u otra. La
metafísica indaga las causas del Ser (Aquino sigue a Aristóteles). Para el
Círculo de Viena, esta reflexión choca con que el análisis muestra el vacío de
la expresión “ser en cuanto ser”: así que de lo que no se puede hablar, mejor
callar. Los existencialismos superan la metafísica porque entienden que no hay
ser que no venga determinado en un modo de ser: la existencia precede a la
esencia. Los estructuralismos muestran que el ser se disuelve en relaciones
rígidas de las que su apariencia emerge. Si no encontramos otro camino,
filosofar equivale, pues, puramente a conversar. Se amplía el aroma de la
superficialidad.
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