miércoles, 8 de agosto de 2018

Atrapar el tiempo a la carrera

Pretendemos atrapar el tiempo con nuestra carrera. Todo está disponible y depende solo de nuestra respuesta al estímulo. Sin el momento del no, en nuestra cultura, no hay contemplación. Ya Nietzsche observa que es necesaria la pervivencia de la figura del maestro para enseñar a mirar. La sociedad de la eficiencia necesita velocidad: pasamos de caminar a correr. No hay mejora, sólo más prisa. Todo es positivo. Byung-Chul Han señala que no hay creatividad si todo es positivo: todo se hace más liso, más “me gusta”. De ese modo, la actividad muy activa es la menos activa: no hay cambio, solo lo mismo a mayor velocidad (“La sociedad del cansancio”, 2010). Sin el momento del no, no es posible la espiritualidad. Entronca con las tradiciones clásicas: sin abnegación, la persona no tiene acceso a su interioridad, tampoco a la contemplación (Loyola).

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