domingo, 18 de febrero de 2018

Lo bello en el mundo sufriente


Byung Chul Han concluye “La salvación de lo bello” (2015) afirmando que es “…la salvación de lo vinculante”. Se remite a Heidegger que vincula bello con verdad. Se distancia de la belleza como lo que agrada. Adorno habla de la belleza del arte: una forma de conocimiento (¿asume a Heidegger?).  El arte comprometido no es lo bello, es un monólogo del autor con un público suyo, como si autor y público no estuvieran sujetos a la misma crítica del mundo al que pretende denunciar. El arte hace su función en la dinámica social precisamente “poniendo de manifiesto la posibilidad de sustraerse a ella”. Si hoy lo estético es lo pulido, lo liso, lo que agrada, entonces la salvación de lo bello puede estar en “tomarse en serio el sufrimiento del mundo” (Farina en “Adorno”, 2016) para abrir a la posibilidad de una verdad que lo afronte (lo vinculante).

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