martes, 20 de marzo de 2018

Biotecnología


Señala Beorlegi, profesor en Deusto, que si hasta ahora la evolución de las especies ha sido encargo natural, en adelante cabe una evolución inducida por el ser humano (“El futuro del ser humano”, Razón y Fe, enero 2018). Las “antropotecnias” permiten ya realizar la distopía que Huxley ve en “Un mundo feliz” (1932). Los avances sirven ya para fines terapéuticos que son difícilmente discutibles desde la ética. También se investiga en líneas como la clonación humana, la potenciación intelectual e, incluso, el alargamiento indefinido de la vida, actuaciones que parecen ir más allá de lo que biológicamente hemos entendido como humano. Es evidente que la reflexión ética y política está inmadura. También queda la sospecha de la incapacidad ética para orientar los procesos científicos. No en vano arrastramos la memoria de Galileo y Hiroshima.

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