El cambio de horizonte hermenéutico no cambia la realidad: cambia su
interpretación. El asesinato del nazareno es real. Los dos que van hacia Emaús
lo viven como un fracaso. Interpretan desde un horizonte en el que el éxito es
la imposición militar sobre los romanos y su expulsión del territorio de
Israel. Hay tres elementos de su hermenéutica que fijan esa interpretación: los
jefes –la autoridad religiosa- lo entregaron; las mujeres no tienen un
testimonio creíble que deba tenerse en cuenta; lo real está disponible y a la
vista. El caminante les cambia los supuestos: Dios no entiende el triunfo al
modo del Emperador; los jefes del pueblo son históricamente ejemplo de dejación
de responsabilidad; Dios se hace presente donde no podía estar (mujer, pecador,
menor, crucificado). Lucas no cambia la realidad, afirma que la realidad es
otra. Otra, y es esperanzada.
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