Hace casi dos décadas se usa la expresión “inmigrante digital”. En
un artículo de U. Eco de 2007 se relata que un estudiante sobrado pregunta a
su maestra: “En tiempos de Internet, usted, ¿para qué sirve?”. En tiempos de
Internet nadie hace la función que especialmente debería hacer la maestra o el maestro: enseñarnos a separar
el trigo de la paja. La acumulación de información en la red inutiliza nuestro
discernimiento y nos devuelve al tango “Cambalache”: da lo mismo el sabio que
el charlatán. La mentira repetida se hace indistinguible de la realidad (si es
que todavía se hace aceptable tal término). Eco señala que lo que hace de una
clase una buena clase no es la acumulación de datos, sino la discusión, el
debate, la duda… Byung-Chul Han asegura que un ordenador mucho más potente que
un ser humano no deja de ser tonto porque nunca duda.
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