martes, 26 de diciembre de 2017

¿Racionalistas y analíticos?

¿Por qué no nos comprendemos? Esa pasa a ser la pregunta que se hace Rorty a partir de 1961. Trata de comprender por qué los filósofos se entienden tan poco unos con otros. Es que tanto los analíticos (Carnap, que no reconoce sentido alguno al lenguaje metafísico) como los racionalistas  (Popper, que cree en la deducción y la refutabilidad de las teorías) tienen un Dios incompatible con el politeísmo de saberes. En su recorrido, magníficamente relatado por Del Castillo (“Rorty y el giro pragmático”, 2015), Rorty aprende con Kühn (las teorías científicas cambian sin motivos científicos) y Feyerabend (más que investigación debemos promover la proliferación de las teorías). Pero en “La filosofía y el espejo de la naturaleza”, Rorty se cruza con Gadamer: la investigación debe ser sustituida por la conversación. ¿El campo de las incertezas? 

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