Quizás Rorty no ha leído teología contemporánea y
¡sitúa a Jerry Fawell (fundamentalista) y a Josep Ratzinger (católico) en el
mismo pensamiento! Su discurso es una invitación a otro paso en la
secularización: Dios ha muerto; es hora de suprimir a los sustitutos de Dios
(la razón y la verdad). Se distancia de Habermas que precisamente llama a la
humildad de la razón al rebuscar en el diálogo posible con la sabiduría de las
religiones. Choca con Vattimo que mantiene su cristianismo vacío de trascendencia.
La luz de la postmodernidad es una luz pálida. Es el camino que permite a la
persona responder sólo ante la otra persona. Cierto que la tenacidad con la que
lo hace –la de un erizo encerrado sobre sí mismo- hace sospechar que su Verdad
con mayúsculas es la no existencia de ninguna verdad con mayúsculas. Se dirige
pues hacia la praxis y su lenguaje.
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