Dice el profesor García-Baró que la filosofía es necesaria para la vida.
Dice que no habla de la via catalana porque lo escrito está condenado a no ser
entendido: solo lo hablado en ambiente de acogida añade en positivo (Entrevista
en ECCA). Hay una violencia, física o ambiental, que parece proceder de una
fuente imaginaria. Nos devuelve a Byung-Chul: “La idiosincrasia de un pueblo
pone a disposición una identidad. Al mismo tiempo inventa un enemigo” (“La
expulsión de lo distinto”, 2016). Así,
la creación del enemigo proporciona un refuerzo a la propia identidad. Cita
Byung-Chul a C. Schmitt: “El enemigo es nuestra propia pregunta como figura.
Por este motivo tengo que confrontarme con él cambatiendo”. García-Baró señala:
quizás la vocación política está poco disponible. Cuando nuestros políticos lo
dejan, nuestros problemas nos enfrentan.
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