viernes, 2 de marzo de 2018

Otro/a y educación

Dice Mandela que “la educación es el mejor arma para la transformación social”. Probablemente, también es un fantástico instrumento para perpetuar lo que hay. Si la educación no respeta es paternalismo. El paternalismo asimila, no promueve la autonomía. Necesitamos la distancia para que el servicio no sea posesivo (Loyola); para que educar no sea devorar. La educación sólo es posible desde la alabanza gratuita: el puro reconocimiento de la otredad previa a toda relación educativa. La educación no conceptualiza al educando. Se abre a la sorpresa, a lo sublime que sobrecoge, al misterio; al Misterio. Sin esa apertura respetuosa al Misterio, es probable que la educación se encamine a hacer más de lo mismo, a perpetuar lo que somos, a perpetuarme personalmente, a repetirme en quien era otra persona y ahora es lo mismo.

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