En 1972, aparece en castellano “La importancia de la Ciencia”, con la firma de C.F. Weizsäcker; un hombre busca una moneda en torno a una farola en la noche, porque allí es donde hay luz (con independencia de que quizás la moneda está en lugar no iluminado). Marina recogió en un solo libro en 2009, “El aprendizaje de la sabiduría”, dos aprendizajes previos: aprender a vivir y a prender a convivir. En el prólogo indica: “La ciencia acota muy bien su territorio y se desinteresa de aquellas zonas del acontecer humano en las que no puede aplicar su método”. La postmodernidad, pretende diluir todo saber en pura conversación. Hoy cabe preguntarse el para qué de nuestro vivir. Pregunta pertinente como humanidad y como individuo. La respuesta científica está acotada. Marina dice: “Vivimos en una situación que nos ofrece grandes posibilidades”.
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