La historia está llena de atentados contra las personas. “Homo homini lupus”, clama la ilustración. Levinas apunta que el pensar del ser nos lleva a poner la utilidad en el centro de las relaciones entre las personas. La ontología determina la ética y aquella es sólo el fruto de la racionalidad occidental. Hitler y Stalin son dos ejemplos de aplicación de la racionalidad occidental, son dos buenos ejemplos de una ética nacida de la metafísica. Levinas proclama: “Toda civilización que acepta el ser –con la trágica desesperación que contiene y los crímenes que justifica- merece el nombre de bárbara”. La única salida es una metaética que coloque la responsabilidad con el prójimo y con el prójimo del prójimo como base para cualquier teoría de la justicia. Primero está esa responsabilidad. Ese es el origen del pensar. Lo otro nos lleva al uso de las personas para nuestra utilidad.
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