martes, 10 de abril de 2018

Tristes trópicos

En 1956, en “Tristes trópicos”, Levi-Strauss, que traduce el método del estructuralismo lingüístico al análisis cultural, deja escrito: “El mundo comenzó sin el hombre y acabará sin él”. Es como un cierre lapidario para el existencialismo comprometido de J.P. Sartre, que una década antes proclama: “El existencialismo es un humanismo”. El compromiso comunista de Sartre choca con la primavera de Praga y el terror staliniano. Levi-Strauss no cree que la historia avance, tampoco piensa que la lucha de clases tenga un papel decisivo en el progreso humano. Foucault, desde un estructuralismo epistemológico, contempla la política como oportunidad para transgresión y enfrentamiento. Declina el existencialismo y se hace hueco para un pensamiento que deconstruye instituciones y valores sin necesidad de afirmar opciones: amanece lo postmoderno.

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