“Deconstrucción”
es la palabra que nos pone en la pista de Derrida. Se la puede tratar como la
siguiente evolución del método estructuralista: primero, el análisis de las
estructuras rígidas subyacentes a las culturas; segundo, la genealogía de las
ciencias humanas y su objeto de investigación (“el hombre”); ahora el
vaciamiento de todo concepto al de-construirlo y mostrar los intereses que lo
pusieron en el diccionario. Así emerge el sentido político de Derrida: la distinción
entre bien y mal se deshilacha en lo lingüístico y queda supeditada a la
emoción y la decisión. Mediante la deconstrucción se hacen porosos la
democracia, el humanismo, la libertad. Pone un entreparéntesis Derrida con la
justicia: se mantendría como intuición primigenia más allá de sus formulaciones
históricas. ¿Una pretensión mística o una necesidad arbitraria? miércoles, 11 de abril de 2018
Deconstrucción
“Deconstrucción”
es la palabra que nos pone en la pista de Derrida. Se la puede tratar como la
siguiente evolución del método estructuralista: primero, el análisis de las
estructuras rígidas subyacentes a las culturas; segundo, la genealogía de las
ciencias humanas y su objeto de investigación (“el hombre”); ahora el
vaciamiento de todo concepto al de-construirlo y mostrar los intereses que lo
pusieron en el diccionario. Así emerge el sentido político de Derrida: la distinción
entre bien y mal se deshilacha en lo lingüístico y queda supeditada a la
emoción y la decisión. Mediante la deconstrucción se hacen porosos la
democracia, el humanismo, la libertad. Pone un entreparéntesis Derrida con la
justicia: se mantendría como intuición primigenia más allá de sus formulaciones
históricas. ¿Una pretensión mística o una necesidad arbitraria?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario