Ve Sartori el multiculturalismo como
un proyecto: gestión social para acentuar las diferencias (“La sociedad multiétnica”, 2000). Dos años antes, Žižeck explica el multiculturalismo como forma del
capitalismo global. Autocolonialismo. Las empresas no tienen patria y tratan a
la ciudadanía de origen con la misma condescendencia de los colonizadores:
conocer, tolerar y usar las costumbres y tradiciones de aquellas personas a las
que explotan como consumidor o productor. El multiculturalismo acentúa las
diferencias y la batalla política del cambio social se sustituye por la
postpolítica: la aceptabilidad de las propias diferencias. Sartori pide más
pluralismo frente a la comunidad homogénea. Žižeck quiere el momento político:
la lucha por el poder frente a una
tolerancia que deja a cada cual en su sitio. Incluso a las personas a
las que da el sitio de las sin sitio.
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