domingo, 24 de junio de 2018

Mayor necesidad

Entre los criterios para selección de ministerios (Loyola, “Constituciones”, 1550) aparece el de mayor necesidad. La mera contemplación de la realidad (líquida, cambiante) exige una respuesta líquida: la adecuación. De ese modo, escamoteamos el criterio. Nos engañamos. Para evitar el engaño, miramos la realidad como pecado. La densidad del pecado (“venir en superbia”, Loyola) impide la mirada líquida y requiere la conversión: sostener la mirada a una posibilidad siempre más amplia. Requiere el todo y sin el todo no se contenta (angustia en Kierkegaard). Loyola invita a contemplar al Dios que trabaja en las cosas, pura donación gratuita, que es nuestra experiencia cotidiana: todo es don. En la comunión con el absolutamente Otro, podemos en todo (y no en parte) amar y servir. La mayor necesidad emerge con la rotundidad y densidad del pecado.

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