miércoles, 3 de octubre de 2018
Politeísmo
La pertenencia a una comunidad definida y completa trae dos resultados indeseables: la pérdida de la libertad individual y la configuración de las otras comunidades como enemigo real. La idea de estado democrático intercultural pretende preservar el deseo de pertenencia en un contexto de códigos reconocibles de pertenencia y, sin embargo, desactivar el poder determinante de esa pertenencia (Bauman, “En busca…” 1999). El éxito de esta empresa supone, a su vez , en nuestro mundo capitalista, un efecto alienante: dejamos las seguridades y nos situamos en el plano de las incertezas. Vamos deprisa, cambiamos de contexto identitario, todo contrato incorpora la clausula de recisión y, en muchas ocasiones, viene ya con un programa de obsolescencia programada. El Estado también acaba rendido, no puede ocupar el lugar de Dios. Resurge el politeísmo.
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