¿De qué
nos libera el Señor hoy? Quizás, esta otra imagen, Cristo en
Cachemira aprendiendo de los grandes maestros orientales, nos proponga una
respuesta diferente y más acorde para nuestro mundo que acelera: Cristo nos
permite convivir en paz en medio de los conflictos, conservar la calma aunque
el mundo entre en catástrofe ecológica, vivir interiormente integrado cuando mi
matrimonio fracasa, la empresa se hunde, la enfermedad nos corroe o mueren a
nuestras puertas miles de inmigrantes. “La paz les dejo, mi paz les doy” no
tendría nada que ver con revertir las situaciones de guerra, de violencia, de
injusticia o explotación calamitosa que se dan por toda la superficie de
nuestro planeta. Sería una invitación a desacelerar, a no afrontar, a buscar el
refugio interior, al fortalecimiento por dentro, sin necesidad de una brújula
sobre qué es el bien y qué es el mal. ¿Es este Cristo aquel al que el evangelio
proclama como Kyrios y del que los concilios afirman que es el Hijo único del
Padre?
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