miércoles, 10 de abril de 2019

Motivos para el fracaso


En 1972, Dyson escribe “El mundo, la carne y el demonio” a partir de un escrito del biólogo Bernal en 1929. Retoma el artículo en “El científico rebelde” (2006). Bernal cree que dominaremos gracias a la ciencia los desafíos de nuestro planeta, de la habitabilidad del espacio y de nuestros propios condicionantes personales y sociales. Dyson observa que el camino se tiñe de fracaso por el desacuerdo en los objetivos, la carencia de recursos y el miedo a equivocarnos. Sin embargo, muchos grandes proyectos avanzan. Dyson lo explica desde cualidades humanas: “…resistencia, valentía, generosidad, sentido común, previsión y buen humor”. Loyola lo formula así: no el mucho saber sino el sentir y gustar internamente. Para Loyola es gracia. Arrupe, en el 75, advierte: si paramos por miedo a equivocarnos, estamos en el peor error.

1 comentario:

  1. El error es claudicar, dejar de confiar en nosotros mismos y en esa Providencia, que va dando tarde o temprano, las respuestas a nuestra vida. Sí, creer es confiar, esperar contra todo pronóstico. Sin saber muy bien el por qué, ni hallar un motivo aparente, la sorpresa del "Milagro", nos llena de profundo estupor, ante la ternura compasiva del Amor de Dios-Padre.

    Nada es definitivo ni existe el imposible, para quien tiene fe y aprende a esperar, a confiar contra todo pronóstico, en esa Esperanza que no defrauda.

    La realidad se "viste" y se oculta muchas veces, detrás del velo de la apariencia engañosa, el que no deja ver ni transparentar la Verdad.

    Aprender a gustar de nuestra real interioridad y escuchar el claro "susurro" del Espíritu, en el hondo silencio de nuestro corazón, será la actitud de quien permite que el Amor, salga al encuentro, se funda en un abrazo cálido, escuchemos su Palabra que nos dice: "antes de que te engendrara en las entrañas de tu madre, yo te amaba". ¿Puede una madre olvidar al hijo que habita en su seno? Pues, aunque tu madre te olvide, -dice el Señor-, yo no me olvidaré de tí".

    “…resistencia, valentía, sentido común, generosidad, previsión, la alegría y actitud positiva..", son el "abono" para que crezcan y den abundante fruto, esas diminutas semillas, plantadas con Amor.

    En lo humilde y pequeño, se palpa y hace Grande, cuanto nuestra fuerza y capacidad, no alcanzan a valerse por sí mismas. Recordemos bien y tengamos siempre presente, las palabras de Jesús: "sin mí, no podéis hacer nada". Se entiende, nada que bien merezca, ser digno de su Amor. ¡Adelante!

    Miren Josune.

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