jueves, 11 de enero de 2018

Voluntad de sentido

En 1942, Albert Camus publica “El mito de Sísifo”: “Juzgar si la vida vale o no vale la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”. Escribe en un mundo que asiste a la sangría de los totalitarismos. La lucha por la supervivencia parece ser la respuesta que, inmediatamente después de la guerra, en 1946 da Vicktor Frankl a esta pregunta en “El hombre en busca de sentido”: “No había tiempo para consideraciones morales o éticas, ni tampoco el deseo de hacerlas. Un solo pensamiento animaba a los prisioneros: mantenerse con vida”. Camus piensa que todo intento de sentido está condenado al fracaso. Precisamente, en esa clarividencia, la de la imposible esperanza está su victoria: “No hay destino que no se venza con el desprecio”. Frankl sobrevive al campo de exterminio y al preguntar el porqué, responde: la voluntad de sentido.

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