La contraposición
entre tesis y antítesis no es exclusiva de la filosofía dialéctica. En los
sistemas democráticos de partidos, los debates políticos adoptan con frecuencia
esta forma. También en las discusiones familiares. De esta confrontación emerge
la síntesis. Hace unos años, el programa “59 segundos” enfrentaba dos bandos en
mensajes cortos, propios del eslogan más que del argumento. Lo normal es que al
acabar el debate cada postura se extreme. La síntesis se aleja. Durante los
años de permanencia en Los Ángeles, Adorno trabaja con Horkheimer en “La
dialéctica de la ilustración” (1944). Se
distancian de la visión optimista de Hegel o Marx que, cada cual a su modo,
vería a la dialéctica como un crecimiento positivo garantizado. Para la Escuela
de Frankfurt la Europa de los totalitarismos muestra los peligros de la
dialéctica.
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