domingo, 8 de abril de 2018

Teología y política

Benjamín sólo critica a Stalin tras el pacto con Hitler (Lilla, en “Pensadores temerarios”).  Su marxismo es, para su amigo Scholem, la historia de un “teólogo extraviado en el reino de lo profano”. Benjamín piensa desde la teología y la literatura. Su crítica literaria es la visión de la verdad que sería inaprensible incluso para el creador literario. ¿Encuentra en el materialismo un texto literario que comentar? Lo cierto es que el socialismo real no resiste su mirada; ni tampoco los marxistas (Brecht) entienden su trabajo: sigue haciendo teología. Para el teólogo Scholem, Benjamín trata de unir teología y política: el marxismo necesita la teología para desechar la fe en el progreso científico y abrir “cada segundo de tiempo” al lugar por el que entra el Mesías.  ¿Estaba convencido de que la pretensión teológica de salvación se puede acelerar mediante la acción política? 

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