Se define como comunista. Žižeck sospecha de una defensa de
la propiedad privada que permite la acumulación sin límites o la conquista
depredadora del medio. La defensa de lo privado propia de nuestra cultura no le
parece inocente: es el modo políticamente aceptable del más reprobable
individualismo descomprometido. Su mirada sobre la política de los movimientos
sociales desnuda la focalización cultural y política sobre los intereses de las
comunidades o de los movimientos. Los movimientos sitúa un nosotros que se
segrega de la ciudadanía. Por eso Žižeck no suena progre. Cuando le hablan de
la “nube”, sospecha de sus dueños que permiten el mayor acceso (prestación de
servicios) y el mayor protagonismo (ruptura de fronteras) con tal de que lo
hagamos a través de su red y en su nube. Se privatizan los derechos.
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