domingo, 8 de julio de 2018

Nacionalismos poéticos


Asegura Žižeck que “vivimos una era que se cree postideológica”. Esa convicción da alas a los nacionalismos poéticos. Poético porque muchos escritores de versos lo alientan y justifican. Si no hay ideología se impone el corazón (otra ideología) y la poesía. “El que no tenga pan será alimentado por la luz de mi sol”, proclama el carnicero Karadzick y concluye: “Gente, no hay nada prohibido en mi fe”. El coro de poetas y poetizas de las patrias nos hace soñar con el paraíso donde las cosas las decidan los nuestros y sirvan para reforzar nuestras cosas. Las nuestras, no las de todas y todos. Pero se ofrecen universalmente a condición de que se hagan de los nuestros. Muchas veces el amor (palabra grande) se invoca en esta poesía: del amor al pueblo (nuestro) al amor al caudillo (nuestro)… y al final, la matanza o la asimilación.

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