Acusado
de que su victoria trae la anarquía, Bart Simpson hace suyo el eslogan: traeré
la anarquía. Cree V. Leonore (El País, 1 abril 2011) que esta historia
refleja el modo en que el filósofo esloveno Žižeck piensa: lo propiamente real
es la grieta que irrumpe violentamente en la historia como crítica de los
materialismos (marxista y capitalista). El capitalismo se protege en la
tolerancia culturalista. La izquierda postmoderna, la de los movimientos,
reduce la política a las reivindicaciones culturales (¿feminismo o ecologismo?)
que se integran sin problema en el sistema. Así, la discusión sobre el carácter
machista de una sentencia, ¿no esconde (ideologiza) el problema real: el valor
que damos al derecho penal como solución de los conflictos? Las prácticas
sostenibles, ¿no esconden la realidad de un sistema económico absolutamente
depredador?
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