miércoles, 26 de septiembre de 2018

El atizador

En 1946, Wittgenstein amenaza a Popper con un atizador de chimenea en mitad de su conferencia y le desafía: “¡Deme usted un ejemplo de regla moral!” (Goñi “Las narices…”, 2008). Para Sloterdijk (“Temperamentos…” 2010) Wittgenstein es un “mito” intelectual. Todo su empeño es buscar su lugar en el mundo. Y su pasión es el intento de no caer en la locura. Su imagen “monocal” es la del cuidador de la realidad que se  escapa por el “hueco existente entre dos frases” (Sloterdijk). Deja escrito: “De lo que no se puede hablar, mejor es callar”. Vive mucho tiempo en silencio. Su vida y su obra, hechas ambas de proposiciones cortas, tienen una hondura que trasciende y se hace mito. Popper le responde: “No se debe amenazar a los conferenciantes con el atizador”. Wittgenstein lanza el atizador a la chimenea y sale de la sala. Un portazo retumba.

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