jueves, 30 de mayo de 2019

Amistad y metafísica

La amistad entre Gershon Scholem y Walter Bejamin nace cuando el primero es, en términos actuales, un menor (17 años) y el segundo es ya un joven adulto (23). La historia de esa amistad queda narrada en el libro que en 1975 escribiera el primero con el título “Walter Benjamin. Historia de una amistad”. Desde el comienzo, la amistad les traba. Tres motivos encuentra el narrador para explicarla: la búsqueda inquebrantable de una espiritualidad, el rechazo a la asimilación que vivía la comunidad judía de la preguerra (1914) y la convicción de la necesidad de la metafísica. Buena parte de la labor de la filosofía del siglo XX y este inicio del XXi ha querido plantearse como una triple de-construcción: la de Dios, la de la metafísica y la de lo humano. Como consecuencia, el sentido ha devenido en pregunta utilitarista (¿para qué sirve?). La cultura de masas de nuestros días, aunque es más individualista no es, sin embargo, más personalista. La amistad forjada en los inicios del siglo pasado entre Scholem y Benjamin, sigue necesitando hoy de espiritualidad, de resistencia y de metafísica.

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