Confiesa Levinas que la fenomenología de Husserl le da camino para su
propia filosofía. Pero se distancia: primero, porque Husserl es
intelectualista; segundo, porque el sujeto de la fenomenología tiende al
solipsismo. Seguimos a Joan Solé en su lectura de Levinas (2016): Heidegger se
ocupa también del significado que la conciencia humana produce al acercarse con
intencionalidad al mundo, pero responde al intelectualismo solipsista de
Husserl con la afirmación de “un sujeto enclavado en la existencia
concreta”. Levinas no se conforma. Cree
que todavía Heidegger supedita a un determinado “ser” abstracto el concreto
ser-ahí que existe. Levinas introduce el encuentro con el prójimo en la
fenomenología. Las emociones de ese encuentro son la base para la ética, que
será irreductible para el concepto. Las personas no son un concepto.
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